Los seres humanos somos reactivos, impulsivos, hablamos y después pensamos, esto es un mal hábito que puede llevarnos a meternos en dificultades, en las que difícilmente podemos retractarnos, o si lo hacemos ya no podemos cambiar lo dicho. Esta situación conlleva a un grado de afectación interpersonal e intrapersonal; razón por la cual deberíamos ser más conscientes de nuestras palabras, para que nuestras acciones generen menos dolor en otros y en nosotros mismos. Por esta razón es importante que hagamos altos que nos permitan filtrar adecuadamente nuestras ideas.
Los filtros desde un significado general, son dispositivos utilizados para seleccionar, discriminar, separar o retener de acuerdo con el contexto al que se haga referencia: hemos visto y escuchado la utilización de los filtros para hacer café, para eliminar ruidos y mejorar la calidad de la música, generar efectos especiales en las fotografías (la luz), seleccionar, agrupar o discriminar información en el área de informática, mejorar la pureza del aceite de nuestro vehículo, etc. Estos son de gran utilidad e importancia casi en todas las áreas de la vida.
De acuerdo con lo anterior, podríamos preguntarnos si podemos utilizar filtros para mejorar la calidad de nuestras relaciones afectivas, para tener un mejor desempeño laboral y ser más competitivos en lo que hacemos, para ser mejores padres, mejores ciudadanos, con mayor conciencia social y ambiental.
En el desarrollo de nuestros ciclos ampliaremos la definición de estos mecanismos en nuestro sistema mental, hasta que el logro de la identificación de su capacidad y la utilización de ellos para mejorar la calidad de vida.